Si crees que tu esposa tiene una actitud extraña hacia ti y sientes que no te está prestando atención como antes, preocúpate y recuerda los siguientes puntos:
1.No lo extrañas
Cuando él no está en casa, no lo piensas, mucho menos lo extrañas … Solo dice «Ven», así que desearías que no suceda porque te sientes mejor solo que con él. Esta señal es muy clara de que has dejado de amar a tu pareja.
2. Cuando te da igual sino duerme contigo
Bueno, cuando hay amor, estás emocionado de despertarte y verlo a tu lado, decir buenos días, amor o acariciarlo, pero si eres la persona a la que no le importa si está contigo, es porque el amor parece a ver terminado.
3. Cuando empieza a gustarte otra persona
Cuando miras a alguien con otros ojos, te haces iluciones con ellos o captas su atención, y te das cuenta de que tu pareja actual ya no es la protagonista de esto, desafortunadamente el amor terminó.
4. Ya no disfrutas su compañía
Ya no disfrutas de su compañía como por ejemplo cuando antes te hacía muy lindo y divertido salir a cenar con él y ahora en la actualidad te parece algo aburrido .
5. Ya no te esmeras en verte linda para él
Cuando antes lo te arreglabas solo para él, para decirle lo hermosa que te ves, amor, y ahora cuando sales con él, no te importan sus cumplidos. ya la relacciòn no es igual.
6. Ya no te importa si está bien
Llega un momento donde te da igual si tu hombre se encuentra bien y te esmeras mas por preocuparte por ti .
7. Te ilusionas con otra persona
Te ilusionas con una persona que no es tu pareja, esto quiere decir que estás volviendo a sentir amor por una nueva persona, y la felicidad te está empezando a sonreír de nuevo.
Él deja de ser el protagonista de sus sueños
Cuando una mujer se encuentra en una relación, suele incluir en sus sueños y planes a su pareja, imaginando una vida entera con esa persona. Pero cuando el amor se empieza a acabar, sus pensamientos se centran en ella e incluso puede crear un futuro en soledad, sintiendo que esto es mucho mejor.
Las comidas que compartían ya no existen
Los almuerzos y cenas que disfrutaban juntos van perdiendo importancia, y la mujer ni siquiera se esmera por cocinar algo especial o planear una salida romántica. Ahora si alguna vez se sientan a la mesa a la misma hora, no conversan ni se ríen como en el pasado y sólo hablan de cosas cotidianas.